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lunes, 19 de julio de 2010

El paso al terrorismo

Por: Jorge Luis Sierra
(Especialista en Fuerzas Armadas; Colaboración Especial)

domingo 18 de julio de 2010, actualizado hace 12 horas, 14 minutos

Desde hace varios años, los grupos de narcotraficantes están mutando paulatinamente hacia el terrorismo, pero el atentado con un carro cargado de explosivos en Ciudad Juárez nos coloca de súbito en la conciencia de que esa transmutación está a punto de ser completada.

En la jerga militar, estamos viendo como el crimen organizado progresa en un nuevo ambiente de guerra asimétrica. Las fuerzas del Ejército, la Armada y la policía federal pueden ser más grandes, pero eso no las vuelve invulnerables a ataques sorpresa con explosivos activados a control remoto.


Mientras más intensa sea la persecución, mayor será el carácter terrorista de las operaciones defensivas del crimen organizado. Atrapados por una ofensiva militar que los estrangula paso a paso, los integrantes de La Línea, el brazo armado del Cártel de Juárez, dieron pasos acelerados hacia el uso de aquellas tácticas terroristas que predominan en Irak y Afganistán: la más efectiva hasta el momento ha sido la utilización planificada de explosivos contra tropas regulares.


Asimismo, el atentado en Ciudad Juárez representó no sólo el nivel de escalamiento que ha alcanzado el conflicto en esa ciudad del norte del país, sino también la expansión de las capacidades terroristas en los carteles, incluidas la planificación, la explotación de la oportunidad, el conocimiento del terreno y la predicción de los movimientos del enemigo.


El empleo de explosivos significa también el desarrollo, quizá primitivo, pero no por ellos menos peligroso, de una artillería incipiente dentro de las filas del crimen organizado. Las bombas caseras activadas a control remoto, llamadas dispositivos explosivos improvisados (IED, por sus siglas en inglés) han sido el arma predilecta de la resistencia iraquí y afgana. Los narcotraficantes mexicanos están en vías de aumentar la letalidad de las bombas, sin exponer a sus efectivos a una aniquilación segura con el combate directo.


El primer efecto sobre las tropas del gobierno ha sido sicológico. Aunque en los últimos años sólo el 10 por ciento de las bajas en la lucha contra el narcotráfico han sido de policías y militares, el atentado de Juárez crea la impresión de vulnerabilidad. Las imágenes logradas por el canal 26-KINT de El Paso, Texas, muestran a policías y soldados sorprendidos, descontrolados y desorganizados. Una persona herida agoniza junto a su vehículo sin que ninguno de los policías o militares haga algo para auxiliarlo.


Las víctimas del ataque no estaban preparadas para responder de forma coordinada ante un atentado con explosivos. A pesar de que la mayoría de los combates contra criminales han sido en terreno urbano, las fuerzas federales exhiben una pobreza evidente de inteligencia táctica. Esa deficiencia puede ser letal en el campo de batalla. Los narcotraficantes están rebasando los sistemas de inteligencia militar y policial y demuestran una capacidad mayor para explotar las debilidades de la policía y el Ejército.


El ataque demostró asimismo un dominio operacional que sólo pueden lograr unidades militares o organismos de inteligencia entrenados para realizar operaciones especiales. Con la contratación de soldados desertores, los narcotraficantes están consolidando la militarización de sus grupos de sicarios y su formación como grupos de fuerzas especiales del crimen organizado.


Si persisten los ataques con explosivos, no será extraño que el Ejército y la Armada de México empiecen a utilizar de manera intensiva a la Fuerza Aérea. Bajo esas circunstancias, los combates de Ciudad Juárez no parecerán distintos de los que ocurren en Kabul o Bagdad.


Hay otra consecuencia política e importante que puede alterar el equilibrio de fuerzas en este conflicto armado: Estados Unidos puede incluir a los grupos de narcotraficantes mexicanos en su lista de organizaciones terroristas y con ello aumentar su presupuesto, unidades y tropas destinadas a suprimir el terrorismo que se gesta en las ciudades fronterizas.


El escalamiento resultante de esa medida puede ser mayor. Hasta ahora, Estados Unidos había temido que las redes del narcotráfico en México facilitaran la infiltración de grupos terroristas a su territorio. Pero ahora ambos países empiezan a darse cuenta que el terrorismo está emergiendo en la zona fronteriza, con fuerzas locales que gozan cada vez más de un mayor poder letal.
Comentarios: jlsierra@hotmail.com


Diario Rotativo de Querétaro

http://rotativo.com.mx/reginacantu/el-paso-al-terrorismo/35745/html/

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